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La Casa que Abraza: Una Historia de Esperanza y Calidez en «Dormi»

La Casa que Abraza: Una Historia de Esperanza y Calidez en «Dormi»

En el corazón de Santa Fe, en la calle Juan de Garay 3677, se esconde una casa sencilla y cálida que lleva por nombre «Dormi». Lo que podría parecer un hogar más, es en realidad un refugio de esperanza para aquellos que han perdido mucho en la vida. Esta casa, cercana a la parroquia Nuestra Sra. de La Merced, se ha convertido en un espacio para personas en situación de calle, brindándoles algo más que un techo: la oportunidad de recuperar fuerzas y de ser tratados con respeto.

Cada tarde, hombres que viven en la incertidumbre de las calles llegan a Dormi buscando algo más que un lugar donde descansar. Lo primero que encuentran es una ducha caliente. Luego, una cena que les devuelve las energías. Y, finalmente, una cama limpia que les permite dormir tranquilos, sabiendo que al día siguiente habrá un nuevo comienzo.

La parroquia se encarga de comprar lo necesario para que este espacio sea más que un refugio temporal; sea un hogar. Sin embargo, no lo hace sola. Desde MIS (Mutual Integral de Servicios), enviamos una ayuda dineraria para apoyar la compra de alimentos y otros insumos indispensables. Este gesto nos permite colaborar de cerca con este proyecto tan noble, asegurando que cada persona que llegue a Dormi encuentre en su mesa un plato lleno y un ambiente de respeto.

Además, un grupo de personas con corazones dispuestos y manos incansables se turnan cada día para garantizar la limpieza y la cocina, creando un ambiente de confianza y apoyo mutuo. Los hombres que se hospedan allí también colaboran en el cuidado de la casa, asumiendo la responsabilidad de mantenerla como un espacio de paz y orden. Así, entre todos, han logrado un equilibrio en el que la ayuda se transforma en un acto de amor.

Este servicio no es simplemente una iniciativa benéfica; es una muestra viva de lo que sucede cuando la compasión se convierte en acción, y cuando una comunidad se une para ser el faro en medio de la tormenta. Porque en «Dormi», más que camas, se ofrecen segundas oportunidades, y más que alimentos, se brinda humanidad.